El timo de la solidaridad
Si quieres lograr lo malo,
obstínate con lo bueno.
Anónimo

"Blanco
bueno busca negro pobre", más allá de prejuicios izquierdistas o
derechistas, es un descenso al infierno de la hipocresía social. Es un libro
para alucinar. Para escandalizarte. Para indignarte. Para reír. Para llorar.
Para comprender. Para iluminarnos sobre la condición humana... Con estilo
riguroso pero muy ameno y lleno de ejemplos, nos crea una línea roja en la
mente. Un antes y un después. Cualquier opinión que tengamos sobre la
solidaridad, la cooperación, etc., no vale nada si no conocemos, por
este libro u otros medios a nuestro alcance, las verdades ocultas que en él
se destapan.
No os daré detalles. ¡Descubridlos desde la inocencia vosotros mismos! Sólo mencionaré que, igual que en Matrix, todo lo que creemos saber sobre las "ayudas" del Norte al Sur, todo lo que el mundo pone ante tus ojos para que lo creas, es, en todos los sentidos y niveles, falso. Como el propio Gustau Guerín resume al final de su análisis, la llamada "cooperación internacional", muy lejos de ayudar a África, sólo genera estructuras permanentes de neocolonización, neorracismo, corrupción y subdesarrollo. La "solidaridad" occidental jamás ayudó a nadie (1).
Solamente una drástica transformación de las actitudes y políticas económicas del Norte hacia el Sur podría mejorar las cosas.
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1. Fijémonos en que, psicológicamente, la genuina solidaridad es un lazo de ayuda mutua entre iguales. La beneficencia clásica es, en cambio, una ayuda "vertical" (por distintos motivos: altruismo, interés, sentimientos de culpa...) de alguien en posición superior hacia otros en situación inferior que no pueden devolver tal ayuda. La gran astucia de Occidente ha sido confundirnos y llamar "solidaridad" a la mera caridad de siempre, en este caso internacional. Esto alivia el sentimiento de culpa de los occidentales y nos hace sentir "humanitarios" y "comprometidos", sin tener que cambiar en absoluto nuestros estilos de vida, que son precisamente los que cronifican las desigualdades del mundo. De este modo, la "solidaridad" con el Sur no sólo es una farsa, sino también un fabuloso negocio destinado consciente o inconscientemente a preservar los privilegios del Norte. ▲
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